Siento a Río
grabado en el alma
su arena impalpable
su tibio mar acariciando
sus negros bailando
al hablar y al caminar
sus cocos helados
el Cristo acogiendo al mundo
que con gusto se acerca
curioso y deseoso
de una mega ciudad
con corazón y vida.
Siento a Río
bajo la piel
en el olor al sol
en su orgulloso
Pan de Azúcar
que se yergue masculino
e imponderable
su jardín botánico sin fin
y su selva tan cercana
que hasta los perezosos saludan
desde los árboles intrépidos
a los automovilistas que se aventuran
un poco más allá.
Siento a Río
en el corazón
pues manda sobre las emociones
se abren en vuelo las aves
con todos sus colores
y se despliega majestuoso
entre túneles y favelas
es Rio una fiesta
inolvidable
que se graba en el alma
que se mete bajo la piel
y queda por siempre
en lo profundo del corazón.
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