sábado, abril 06, 2013

Racconto -- Poema

Enmarcado por la ventana
inmortalizado por su reflejo en el cristal
mira al horizonte el anciano.
Reconoce en el mirar
de sí mismo,
sus viejas glorias.

Melancólico
y con un dejo de tristeza,
aquello que pasó
lo lleva en su pecho,
inflado de ignorancia
envejecido por sabiduría,
como algo que le es ajeno.

Su mano diestra se posa sobre el cristal
como si quisiera acercarse a ese horizonte
que lo mira desde afuera
e inexorable lo invita.

Su mano siniestra juguetea paciente
con una pelusa encontrada en su bolsillo,
sus labios apretados no por furia
no esbozan sensación alguna,
tal vez, porque ya no las tiene,
en su mente el eco de un pasado
baila la danza insinuante de los velos
prometiendo que lo bueno llega
luego que el último caiga al suelo,
y deje, la verdad al desnudo.


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