y a veces imagino maremotos y huracanes,
terremotos y tifones, trompetas apocalípticas
oscureciendo el espléndido atardecer
sobre un inmenso mar incierto
de inviernos, infiernos y destinos.
A veces imagino primaveras,
abejas zumbando sobre las flores coloridas,
las aves en el nido dando de comer a sus hambrientos pollitos
y el estruendo de los pétalos rompiendo los capullos
musicalizando el momento en que tu mirada traviesa
se clava en mis ojos desprovistos
para perderse un segundo
en un sin porqué desmedido
de respuestas sin promesas.
A veces me pregunto
si conocerte me haría las mismas cosquillas
que los rascacielos atrevidos
le hacen a Dios cuando éste estornuda,
a veces pienso si al conocerte,
el demonio saldrá de su reino
y pedirá clemencia para los muertos
y que luego se postre a tus pies bailarines,
destrozado, viejo, rendido
por tanto amarte y nunca alcanzarte,
pequeño ángel.
A veces pienso en conocerte,
y naufrago entre deseos, ansiedades y temores
de perderme por siempre en la paz de tus silencios,
en la caricia de tus palabras...
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