Escucho la canción del viento
desde la vasta cima
las nubes son mi carne
el aire es mi sangre.
El aro de fuego se asoma
trayendo desde el infinito
su caricia y energía
con las que me llena y despierta.
El río fluye montaña abajo
parido por una cascada
que se alimenta del cielo
y nos enseña a seguir
haciendo camino
desde haber nacido
hasta encontrar el fin.
Soy como el fruto
que hacia la tierra va
tierra donde mis raíces
ancestralmente, se aferran
de donde mi tronco me alimenta.
Mis ramas me sostienen
mis flores me abren paso
y dentro mío la semilla
abre paso a seguir
siendo parte de este ciclo
hermoso y perfecto.
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