Había
olvidado lo que era
el calor de una caricia
el tremor de una sonrisa
la inconsciencia del desear.
Había
olvidado la impaciencia
de la espera o del camino
estando a punto de llegar.
Había
olvidado el olor
de otros pelos en la almohada
de una ducha que fue usada
o de una prenda en el placard.
Había
olvidado el calendario
la importancia de un momento
el temblor sucio de un beso
y el ir por todo en un mirar.
¡Qué
vacía que es la vida
cuando uno olvida amar!
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