Hoy entró un rayo del sol en la habitación sombría
en la pared lejana dibujó un arco multicolor
y hubo en él sin querer una espléndida sonrisa
de alguien, que por un instante, sin saber cómo, olvidó el dolor
Y se sublimaron al cielo esos demonios constantes
que con blasfemias hirientes e inteligencia de infante
carcomían la inocencia y la pureza de quien quiere ser
y gritaban, dolientes y perpetrados, a esa eternidad beata
que no deseaban, que despreciaban y que los ahogaba.
Hoy entró un rato de sol en la habitación sombría
y se abrieron los postigones, los cristales y las cortinas,
y el cielo nocturno y oscuro se presentó sin remedos
y balbucearon las estrellas, y se estrelló la realeza
y nos quedamos sin inciencio, sin mirra, sin oros, ni vino.
Esta es la felicidad, amigos míos, una luz,
en medio de la oscuridad, que súbita aparece
que estalla, mata y muere, brindando amor
y libertad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario