Me confino, desaparezco,
soy música en un entierro
al que nadie fue,
ni del que nada es parte.
No encuentro una emoción que dicte
que enseñe, que aprenda,
el agua cae de la vertiente donde nadie llega,
donde nadie espera.
Me desgarré, me desgarraron,
me rompí en mil pedazos
y estuve solo
como al nacer.
El seco coirón
la luna nueva
el viento puelche
el vasto horizonte
hoy he visto el talón de mi huella
delante mío, cerrando caminos
culminando un ciclo,
sugiriendo un adiós.
Soy parte de un horizonte que se esfuma
en la parte más plana de un planeta que termina
en un amanecer que nunca acaba.
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