Miralo vos
parado frente al mundo
con una enorme y brillante sonrisa que le surca el alma de lado a lado
mirale el pecho recontra inflado como palomo enamorado
con las palmas de las manos abiertas
hablando pausado, hermoso, tranquilo, que pareciera que tuviera
solo paz en la mente y en el corazón.
Uno al mirarlo cree que la vida es más que esto
a lo que todos jugamos
mientras corremos cegados
por nuestro desespero y desamparo.
Miralo vos...
¿cómo hará, no?
Aquellos que lo conocemos sabemos que está roto por dentro
que ya no cree en nada, ni en nadie,
que perdió el tal vez del futuro y olvidó el sabor del ayer,
está aburrido, solo, triste y deprimido y ahí lo ves,
levantado de nuevo sobre sus pies
como si la vida se tratara de esto.
¡Cuánto que olvidar,
cuánto que aprender!
¿Cuánto hay que saber
para cortar y dar de nuevo?
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