Me desespero en los silencios y las sombras que generan tu ausencia
muero, profundamente muero,
cuando de pronto te evaneces tras esa puerta y de mi no queda más que nada
mis manos no tienen qué hacer
mis ojos nada miran que los llene de emociones
mi piel se seca sin caricias
mi tiempo se agota sin remedios.
Y de pronto, como la fiel mascota que paciente espera la llegada de su amo,
trona en la casa la llave en la puerta y resucito sabiendo que tus besos llegan sedientos de mí
y mis manos te abrazan y acarician
y mis ojos repletos de alegrías te admiran silenciosos y llenos de ansias lindas
mi piel se estremece entre tus dedos y mi tiempo,
se agota sin remedio.
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