Padre, me he fallado.
No he sabido encontrar mi camino entre las nieblas del deseo
me he perdido en su boscoso pubis generoso
frondoso invitante
el deseo de lo que no era ha tomado mi conciencia por sorpresa
y de la vez primera en que la vi
que no dejé de pensar en ella.
La mácula de la simiente ha manchado este manto sagrado
y he cambiado una posible respuesta por un suspiro contenido, egoísta y desgraciado
que escapó, mientras pedía perdón y la imaginaba en el atrio tomando la ostia y el sacramento.
Padre, me he fallado
no puedo superar esta prueba que has puesto en mi camino
me ha alejado de tí, esta fiereza que me inunda.
Dame la entereza padre
ayúdame a reencontrarme.
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