Ha entrado ella, camina por la nave
tiene las piernas más largas que he visto
y la desvisto mientras se acerca
pienso en ella mientras viene
¡Dios mío! Ojalá pudiera no desearla
sus piernas desnudas y su pollera ajustada
si pudiera, padre, no desearla.
Siento en las entrañas las rabia del infierno
y en mis ansias...
¡Ojalá pudiera no desearla!
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