Como cuesta acostumbrarse a las cosas nuevas,
cuanto cuesta cambiar las costumbres,
los haceres, pareceres y hábitos
que uno al cabo del tiempo
los tiene impresos bajo la piel
como un código de barras.
Siempre cuestan trabajo los cambios,
trabajo espiritual, físico, mental,
es ponerse en contra de uno mismo
y superarse, dejarse atrás pensando en el que serás
una vez que termines con la faena.
Cambiar y tomar como propias las nuevas cosas
es obligarse a uno mismo a cargar la mochila con gusto
y descargarla aún con mucho más gusto y placer
es cambiar la forma de hacer ver y creer
es reentender la vida de otra manera
dándonos a conocer que es posible
que haya siempre más de una manera de hacer las cosas.
Por lo general los cambios al principio causan rechazo,
pero hay que luchar contra esto, porque todo en el universo
está en cambio continuamente, y uno debe adecuarse y cambiar
para que el pasado no te devore en vida.
Así que vamos, todo tiempo pasado ya pasó,
las cosas de antes no son ni mejores ni peores
simplemente son y serán siempre distintas,
el futuro es ese lugar al que se llega haciendo,
el cambio es ahora, hagamos y construyamos
un mañana con posibilidades para todos
liberémosnos de nuestro pasado y lleguemos libres y fuertes
a cada uno de los cambios, que en nuestra vida se presenten.
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