Y bueno, que puedo decir,
llegamos a fin de año otra vez
como todos los años, llegamos al fin.
Y fue un año complicado
para todos los seres humanos,
entre las guerras y todas esas mierdas
nos tuvieron a los saltos de acá para allá,
hasta la naturaleza bastante cansada de nuestro actuar
se mandó de las suyas este año.
Ojalá que el dos mil siete hubiese terminado también
con toda esa guerra inútil y despareja,
con tanta violencia al pedo y descomunal,
con tanto aprete económico y con tanta gente necesitada
mientras los de más arriba solo juegan
midiendo y pesando sus atributos carnales.
Espero que en el dos mil ocho seamos un poco más lógicos
que aprendamos como seres humanos a compartir sin repartir
a no dividir la torta y que a todos, el corazón nos dicte la ley.
Que dejemos de lado nuestras creencias
para poder empezar de nuevo, recordando siempre
que es lo que sucedió con todos nuestros sueños.
Deseo que este año sea dirigido por los que quieren
por los que sienten que un mundo distinto es posible
y que depende de nuestras manos, de nuestro verbo,
de los hechos que vamos logrando día tras día
sin aflojarle nunca a la cincha
por más que nos duela el alma de tanto nadar contra la marea.
Construyo para que el año que viene estemos más alerta
y sepamos y entendamos que lo imposible es posible
si usamos en conjunto, los pies las manos y la cabeza.
No aflojen mis amigos, es acá no más donde está el camino
carguen la bolsa al hombro, quien tenga más fuerza que ayude al más débil
pero que el débil ayude al fuerte para que este no pierda la esperanza.
Vamos amigos, ya no esperemos al año que viene
vayamos a buscarlo y saquemosle todo el jugo posible,
de nosotros depende.
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