No prendas la luz,
dejá que todo quede en penumbras
que las luces de la noche
entren por los huecos de las persianas,
que las miradas asombradas
de los autos pasajeros
jueguen dibujando en las paredes
los contrastes existentes
entre el deseo, la oscuridad y mis sombras.
No prendas la luz,
quiero llorar en tinieblas
las penurias de esta noche solitaria
que se hunden profundo en el pecho
haciéndose fuertes
en lo confuso del alma.
No es por pudor que no quiero
que veas mis llanto en silencio cayendo,
espero que entiendas,
quiero gozar de esta soledad
que oprime ahogando suavemente,
quiero esconderme en mi pesar esta noche
que si no alcanzo a purgar esta herida
llegará Orfeo y me acunará en el sueño
y el tiempo burlón se ocupará risueño
de distraer a esta pena que pareciera
jamás nunca querer sanar .
No prendas la luz,
por favor no la prendas
que el dolor se vaya con la luna
y el sufrimiento con la purga,
que la mañana con su magia,
con su luz y sus sonidos
invada y repare el corazón herido.
De la noche a la mañana,
lo que las sombras no matan
la felicidad lo sana.