Me dí cuenta sin quererlo
que estoy rodeado de musas,
cada una con su propia magia,
con su propia manera de llegar
a un lugar distinto del alma y hacerme sonreir.
Juegan en ronda a mi alrededor bailando
exóticas, divertidas y distintas danzas,
ríen como locas escuchando la canción
que compone el latir de mi corazón,
que en cada latido susurra algún nombre
y la musa nombrada, como estatua se queda,
esperando por otra que la libera al besarla.
Juegan conmigo y yo juego con ellas,
digamos que existe entre nos un acuerdo
de mutua diversión y amistad recíproca.
Me dan de ellas sus magias todas
les doy de mi mil y un aventuras,
donde más de una por tamaña emoción
se le corta la respiración y al rato ríen tomándose las panzas!
Mis musas son mis hadas, mis duendes,
mis unicornios, mis pegasos,
mis amores, desamores,
mis credos, mis acciones,
hasta tengo musas con faina
musas solas,
y de queso y cebolla
también tengo musas!
Me voy un ratito con ellas
a encaramarme entre sus diversiones, juegos y danzas,
voy a olvidarme que el mundo real existe
y a revolcarme en su bosque encantado
donde la música de mi corazón
les llena la vida con dulce alegría,
donde su franca diversión
sea la guía de este hermoso día
y el sol esté pleno de gozo
y la luna coquetona se ponga
su escote más sexy
y con un guiño y hasta bien tarde
nos alumbre y acompañe.
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