Pensar que cuando estabas en la parte continental
y te encontraste con Guevara, había acuerdos y concordancias
en los pensares, en los sentires y en las ideologías
que entre uno y otro habían compartido
desde su génesis hasta el apocalipsis.
Lástima que el poder te hizo olvidar un poco
lo que por tu pueblo habías luchado
y que tu saña contra el imperio del águila
te hizo olvidar tu sueño, tu utopía
y con tal de darle en el hígado
al vampiro que chupaba la sangre de tu gente
te aliaste con el imperio del oso
que con otros ideales y manejos
tenía del águila los mismos intereses.
Ni a uno ni a otro le importó tu gente
y vos lo sabías Fidel, vos lo sabías
pero además de guerrero e idealista entiendo
que nunca fuiste estúpido, y que la política
siempre debajo de la manga guarda una carta.
Sos ejemplo vivo de muchas enseñanzas
de tu forma de hacer historia se pueden sacar muchos jugos
jugos dulces y dorados de néctares prohibidos,
jugos oscuros y amargos por todos conocidos,
demostraste que lograr los sueños no es un imposible
que David sí venció Goliat tan sólo con una piedra,
que si uno es necio nunca importa el precio
a sabiendas de lo impropio
que a veces significa esto.
Que el poder corrompe, que los sistemas funcionan
pero colapsan, y cuando estas cosas pasan
siempre sufren los de abajo porque a los de arriba
solo el poder de Dios los alcanza.
En pos a mantener tu ideal, tuviste que venderlo
que trocarlo, deformarlo, transformarlo
tantas veces como fuera necesario.
Pero bueno, no hay mal que dure cien años
ni bien que tenga tanto aguante
pero como todo, también vos cumpliste con tu ciclo
hiciste historia, sos un hito.
Hay gente que querrá seguir tu huella
también habrá quien quiera olvidarte,
hay gente que te ama de lo más profundo de su alma
hay gente que te odia, con fundamento,
profundamente.
Ahora abdicás y delegás tu poder,
y sólo Dios sabe como es que seguirá este cuento.
Hay algo que muchas veces pienso que debe
ser tu plegaria obligada antes de meterte a la cama
y tratar de dormirte con todos tus fantasmas,
con todas tus sombras, tus paranoias,
tus desgastados ideales y cada una de tus fobias,
desde abajo de las sábanas bajo la luz de la luna,
rogás a Dios y a cada santo,
que al llegar el momento de reencontrarte
con Don Ernesto "Che" Guevara,
tu seguro Comandante,
puedas mirarlo a los ojos sin vergüenzas,
y que él
pueda perdonarte.
y te encontraste con Guevara, había acuerdos y concordancias
en los pensares, en los sentires y en las ideologías
que entre uno y otro habían compartido
desde su génesis hasta el apocalipsis.
Lástima que el poder te hizo olvidar un poco
lo que por tu pueblo habías luchado
y que tu saña contra el imperio del águila
te hizo olvidar tu sueño, tu utopía
y con tal de darle en el hígado
al vampiro que chupaba la sangre de tu gente
te aliaste con el imperio del oso
que con otros ideales y manejos
tenía del águila los mismos intereses.
Ni a uno ni a otro le importó tu gente
y vos lo sabías Fidel, vos lo sabías
pero además de guerrero e idealista entiendo
que nunca fuiste estúpido, y que la política
siempre debajo de la manga guarda una carta.
Sos ejemplo vivo de muchas enseñanzas
de tu forma de hacer historia se pueden sacar muchos jugos
jugos dulces y dorados de néctares prohibidos,
jugos oscuros y amargos por todos conocidos,
demostraste que lograr los sueños no es un imposible
que David sí venció Goliat tan sólo con una piedra,
que si uno es necio nunca importa el precio
a sabiendas de lo impropio
que a veces significa esto.
Que el poder corrompe, que los sistemas funcionan
pero colapsan, y cuando estas cosas pasan
siempre sufren los de abajo porque a los de arriba
solo el poder de Dios los alcanza.
En pos a mantener tu ideal, tuviste que venderlo
que trocarlo, deformarlo, transformarlo
tantas veces como fuera necesario.
Pero bueno, no hay mal que dure cien años
ni bien que tenga tanto aguante
pero como todo, también vos cumpliste con tu ciclo
hiciste historia, sos un hito.
Hay gente que querrá seguir tu huella
también habrá quien quiera olvidarte,
hay gente que te ama de lo más profundo de su alma
hay gente que te odia, con fundamento,
profundamente.
Ahora abdicás y delegás tu poder,
y sólo Dios sabe como es que seguirá este cuento.
Hay algo que muchas veces pienso que debe
ser tu plegaria obligada antes de meterte a la cama
y tratar de dormirte con todos tus fantasmas,
con todas tus sombras, tus paranoias,
tus desgastados ideales y cada una de tus fobias,
desde abajo de las sábanas bajo la luz de la luna,
rogás a Dios y a cada santo,
que al llegar el momento de reencontrarte
con Don Ernesto "Che" Guevara,
tu seguro Comandante,
puedas mirarlo a los ojos sin vergüenzas,
y que él
pueda perdonarte.
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