A cada velo que va dejando
se va descubriendo algo nuevo
del misterioso y vasto desierto.
Su cuerpo sensual se contonea
al ritmo de dos pies livianos y pequeños
que no dejan huella en la caliente arena.
Pareciera volar delicada y etérea!
Arquea la cintura y mueve las caderas
los ojos de todos se pierden en ella.
Apenas esconde su rostro
tras un velo sinvergüenza,
con su mirada profunda y sin fin
produce un deseo divino,
de tenerla, poseerla,
te seduce despacito,
te embriaga su delicadeza.
Se mueve al ritmo de la danza de las arenas
de la música escrita por las estrellas y el cielo
sonando y bailando por el árido suelo.
Su vientre mágico te va cautivando
vas cayendo silente
en sus sensuales poderes
querés más de ella, la boca se seca,
tiene la fuerza del sol en sus suaves maneras.
Hipnotizado en su danza no harás otra cosa
que pensarla y soñarla en la fría soledad
de las trescientas sesenta y cinco noches
desérticas estrelladas.
Jamás descubrirás los secretos de una odalisca
están ocultos en lo profundo de sus deseos
de sus músculos firmes y su piel de seda
jamás sabrás que es lo que piensa o sentirás
la pasión que hace latir su corazón,
la desearás con el alma, la querrás para vos solo
pero será siempre fiel amante y dulce esclava
del desierto, la arena, su mística y sus danzas.
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