Dejame morir en tus manos,
que ellas sean el donde
encuentre mi reposo eterno
pues en tu pecho sincero
empollare nuevas sensaciones
y brillaré cada vez con luz más intensa
y por tus ojos alcanzaré mi destino
y con tus manos alcanzaré el cielo
y en tus pies hallaré mi huella
y en los hijos de nuestros hijos
estarán la fe y el porvenir
la siembra y la cosecha.
Dejame morir en tus brazos
que ellos acunen mi sueño eterno
que me acobijen de la fría muerte
y me protejan de los nigérrimos espíritus
que todo lo quieren
y nada respetan.
Dejame morir contigo
ya que no pude nacer a tu lado.
Por último, por favor te pido,
que nunca me dejes morir en tu alma
ni tampoco permitas
a tu corazón el olvido.
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