Tus labios sellados
perpetuan el silencio
que retumba en los oídos
que necios
a todo se cierran
y las palabras se cuelan
entre las grietas del tiempo
y llegan viejas
y mueren ajadas
y no queda nada
más que el triste recuerdo
de aquello con lo que sueña
el ángel caído
en la batalla del pasada.
Las lágrimas vertidas
son semillas de un futuro
que ansioso se incorpora
y el pasado lo golpea
con la fría realidad
y nada importa
pues toda ilusión
quedó plasmada
como la pintura queda
sobre un lienzo pintada
que se descascara
y cae, borrando
una sonrisa olvidada hace tiempo.
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