Lilas de María Rodríguez |
en un terreno baldío sin dueño
vi que una mujer las cogía
y a su corazón solitario las llevaba
esperando que en ese florero
se abrieran como hembra en celo.
La vi como las veía
con los ojos llenos de alegría y esperanzas
tal vez las lilas desvergonzadas
le contaron un secreto
que ella en su corazón solitario
en lo oscuro atesoraba
Supe entonces que esa mujer andaba
recorriendo las calles y los puertos
entendí que no tenía miedo
de encontrarse cara a cara
con su propio sueño,
ella sabía, que como el terreno
baldío y también las flores,
su corazón solitario
supo nacer sin dueño.
1 comentario:
No se ciega un abismo con aire ...
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