Mural pintado en las paredes de la Escuela de Música de San Martín de los Andes |
salir a ver el mundo,
hacer lo que debo
y no lo que quiero,
mirar por los ojos de otro,
llenar sus bolsillos
lisonjear algún trato,
y esperar con ansias
que en el reloj pase ese rato
que cambio por concreto.
Ya no me ganifico fácilmente,
cada vez me importa menos
lo que digo, lo que veo,
y de eso que creo que creo,
de la vida superficial
del sueño material
y la mirada vacía.
Pero sé que mañana
lo que no desparece, cambia,
la paja se convierte en trigo
y el mundo conocido
deviene al hermoso paraíso
por el cual me levanto
cada día, aunque no tenga ganas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario