No necesito mis ojos para verme
no necesito mi voz, ni escucharme
para entender mi lengua
no me hace falta tocar
ni ser tocado, para saber qué siento
no me hace falta pensar
para darme cuenta que realmente existo.
Soy, simplemente siendo,
como una gota de rocío
en un eterno amanecer.
Nada de lo que tengo es mío
sin embargo, esto que está
lo agradezco al infinito
de este eterno amanecer
que no atardece ni con la muerte.
no necesito mi voz, ni escucharme
para entender mi lengua
no me hace falta tocar
ni ser tocado, para saber qué siento
no me hace falta pensar
para darme cuenta que realmente existo.
Soy, simplemente siendo,
como una gota de rocío
en un eterno amanecer.
Nada de lo que tengo es mío
sin embargo, esto que está
lo agradezco al infinito
de este eterno amanecer
que no atardece ni con la muerte.
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