la falta de drogas y de alcohol en mi sangre
me confunde
me aplasta
me agobia
me asfixia.
Luego de que se fuera la última imagen
de mi adiós ausente
de mi animal parlante preferido
de ese globo de helio que entró por la ventana
de ese Dios hedonista, moralista y tirano
que me obligó a olvidar el olvido
he quedado solo confundido.
Cada imagen exclamó
¡Oye! Tú sí que estás roto en serio...
Pero el roto es el espejo en el suelo
no es la sangre que corre entre los reflejos
como ríos olvidados de quien alguna vez
creyó ser que era.
No sé, he perdido el hilo,
la aguja se calienta luego de la cuchara
en mis delirios la realidad, ha perdido la razón,
pero el sentido, el sentido de todo,
me lo susurra al oído un elefante que perdió la trompa
una tarde de abril.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario