el dolor, el desespero,
la tanta tristeza,
la paupérrima sin razón.
Me persigue el tiempo
la maldición del olvido
el deber ser del obligo
el puño embebido de pasados
que encendidos
no claudican ni aun muertos.
Qué ha hecho de mí este adiós
sin presentes
ni abandonos.
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