Poder es levantarse cada maldita mañana,
hacerte un horrible café amargo
y aunque no tengas azúcar
ni un viejo pedazo de pan duro
desayunes el brebaje que baja
raspando tu garganta
como si fuera un sabroso manjar.
Y así que empieces tu mañana
con una sonrisa verdadera
surcándote la cara.
Y aunque te aumenten el alquiler
la luz, el gas, las expensas,
y que en el supermercado gastes más
que en la escuela de tus pibes,
vos... sigas ahí; sin llorar ni escuarillizarte,
brindándote a los demás
con el corazón lleno de amor
y en la lengua, la esperanza,
de que todo mañana va a ser mejor,
aunque falte el azúcar,
aunque no haya pan
y el café sepa horrible.
Eso es poder.
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