Me poso en tu mano
silencioso, confiado,
al borde del sueño
a vos me entrego
perdido, enamorado
en tus mágicas manos
en tu buena ventura
en tu suave dulzura
sin pensarlo un minuto
te doy mi escaso mundo
y sonrío tranquilo, contenido,
en vos no existe el frío,
ni los enemigos, ni la soledad,
aquí está mi presente, la posteridad,
por eso confiado a vos entrego la vida
que serena y cálida nos cuida y nos guía
con la firme promesa
de vos en mi alma
y yo en tu palma
hasta que todo mal muera
y queden por siempre marchitas
la tristeza, el dolor, la mentira.
Me poso feliz en tu mano,
confinado a vos, enteramente entregado.
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