Dos gaviotas vuelan
suspendidas en el espacio
fijas en el tiempo
tal vez esperan
que algún descuidado pez
se asome en demasía
a la ansiada superficie.
Parece bailar en su quietud
el agua salada del mar
acariciada por una suave
e invisble brisa que delicada
hace apenas temblar el velamen
de los quietos veleros.
Los pequeños barcos pesqueros
flotan a la deriva
los curtidos marineros esperan en cubierta
el momento justo para alzar las redes
llenas de peces y volver al puerto
a vender su día de labor y esfuerzos.
El sol arde en lo alto
iluminando con brillos las lontananza
las islas, las nubes, la vida,
mas no figura el astro sobre el lienzo
solo brilla su reflejo
como una línea interminable de estrellas
que difusa llega
desde algún lugar del horizonte.
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