Está transpirando Sinclair, Es que estoy con fiebre... Y por qué no se quedó en cama, no vio a un médico?, Sí, y es exactamente lo que me dijo, pero este caso es extraño por demás y no quiero dejarlo de lado. El oficial miró al inspector, un poco con pena, otro poco con admiración. No es un caso tan difícil, sabemos quién es el asesino, sabemos que asesina por asfixia, sabemos todo... No todo muchacho, si supieran todo le juro que estaría en la cama, habría bebido un vaso con azúcar, leche tibia y whisky y estaría tiritando la fiebre entre las sábanas antes que aquí. El oficial le sonrió cortés. Qué es lo que tienen hasta ahora, El hombre mató a su mujer y a sus dos hijos, El confesó el crimen? Aún no pudimos interrogarlo. Cuándo lo atraparon? En la madrugada... los vecinos nos llamaron, vieron desde afuera la sombra asesina proyectada en las cortinas, primero escucharon unos gritos desgarradores que helaron la oscuridad de la noche, salieron de sus casas y al ganar la calle vieron a través de las cortinas de las ventanas del primer piso, una imagen que se proyectaba, una imagen gruesa que tomaba por el gaznate a otra un poco más fina y delicada, primero fue avistada en la recámara principal, luego esa sombra desapareció y al poco rato se encontraba un par de ventanas más allá, en la habitación de los niños, tomándolos y levantándolos a ambos de sus cuellos, la matanza fue precedida por los gritos despavoridos de los infantes. Uno de los vecinos nos llamó, las imágenes y los gritos levantaron revuelo en todo el barrio. Cuánto tardaron en llegar? Justo había una patrulla cerca por lo que en menos de quince minutos ya estábamos rodeando la casa, intentamos entrar suavemente, pero todas las puertas estaban cerradas por dentro por lo que nos vimos forzados a tirarlas abajo y entrar por el frente y por detrás casi al unísono. Y él? Podrá creer que él se hallaba plácidamente dormido? llevaba una graciosa banda tapándole los ojos, como si le molestara la luz al dormir. Y qué es lo gracioso de esto? Que cuando entraron a la casa el hombre estaba tan dormido que ni siquiera se mosqueó. Usted quiere decirme que derribaron las puertas de entrada, subieron las escaleras, entraron a las habitación y el hombre aún dormía después de haber asesinado a toda la familia? Sí y no... Si y no? no entiendo... Cuando los hombres entraron en la casa, él dormía sobre un catre en la sala, le dieron el grito de alto y él ni se movió, lo vieron tendido allí, inerte, llegaron a pensar que él tal vez estaba muerto, se le acercaron, no hizo falta siquiera que le tomen el pulso ya que empezaron a notar que el hombre respiraba, pausado, profundo, como si estuviera en el más dulce de los sueños. Y él no despertó? Ni un poco, roncaba mientras lo esposaban, lo tuvieron que traer a la rastra! Lléveme con él inmediatamente. No sé que sentido tenga. Por qué lo dice? Aún duerme. Usted me dice que aún no despierta? Así es. Lléveme a la casa entonces. No quiere si quiera una aspirina Sinclair? Es médico usted? No. Entonces lléveme a la casa. Tampoco soy chofer, dijo ofendido el oficial, Lo será si no me lleva. Sinclair miró al oficial con los ojos vidriosos por la temperatura que lo atacaba cada vez más virulenta. Llegaron al estacionamiento del precinto, se subieron a un carro policial y emprendieron camino. Fueron los forenses ya a la escena del Crimen? Si, están trabajando allá. Ventanas abiertas? Ninguna, todas trabadas por dentro. Chimenea? No. Hay algún indicio que alguien haya entrado y salido por algún lugar. Solo si el asesino fuera capaz de atravesar paredes o puertas, como le dije las puertas estaban cerradas por dentro. Con llave? Doble vuelta y pasador, tanto la de adelante como la de atrás. Antes que el auto se detenga Sinclair ya había abierto la puerta y se había lanzado hacia la casa. Cuál es el apuro? Mientras más pies en la escena del crimen más contaminado estará todo. Sinclair suspiró aliviado al entrar y ver que eran solo dos los oficiales de la ley que se encontraban en el interior de la casa, fue hacia el fondo de la misma y llegó a la puerta trasera, por supuesto que la misma se encontraba en el piso debido a la violenta irrupción policíaca, nada parecía fuera de lo común, revisó una por una las ventanas de la casa, todo se encontraba perfectamente cerrado, no había dudas que al menos por esa planta nadie habría entrado, salió al jardín trasero y dio una rápida mirada, todo se encontraba fuera de sospechas, no había nada que diera un indicio de algo extraño o fuera de lugar, salvo un pequeño rectángulo de tierra sin césped en un rincón escondido. Sinclair, miró la partera trasera de la casa desde afuera, no había forma de llegar al piso superior desde el exterior, no había ramas de árboles cercanas ni a las ventanas, ni a la casa. Resultaba imposible entrar si todo estaba cerrado por dentro, la única alternativa posible es que el asesino estuviera dentro de la casa y que haya escapado en algún momento de confusión. Se quedó un rato pensando, escuchó un ruido detrás de él y se dio media vuelta, una señora mayor se acercaba consternada blandiendo un bastón gritando socorro. Sinclair corrió hacia ella y la mujer consternada se dio media vuelta y comenzó a huir. Sinclair le dio alcance y la tranquilizó aclarándole que él era policía, Y cómo es que no anda uniformado? inquirió aún asustada la anciana. No soy de ese tipo de policías... Conoció a las víctimas? Claro que sí, eran una familia adorable, aunque pobres... Pobres? Sí, esa familia debe de estar maldita, el mes pasado tuvieron un terrible accidente, el padre quedó paralítico y la esposa, pobre Susana, ella quedó medio trastornada con el susto... a los chicos no les pasó nada, ni se dieron cuenta de la gravedad de la situación, vio como son los chicos... El era paralítico? se sorprendió Sinclair, No era, quedó paralítico se le cayó un tronco en la cabeza, todos pensamos que había muerto! Estaba en recuperándose, pero el pobre desde aquel día cambió su humor, no parecía él mismo, volvía loco a todo el mundo, estaba asustado y paranoico, no podía siquiera a besar a sus niños para darles las buenas noches tenía el corazón partido... a los pocos días puede creer que aparece el perro muerto, ese perro estaba insoportable, ladraba toda la noche y el canario cantaba todo el día, no había un minuto de paz, varias veces me les quejé pero no hacían nada... que podían hacer? vio como es la naturaleza... Cómo murió el perro? El canario se le metió por detrás! sé que suena increíble, pero digamos que el canario hizo de supositorio del can el cuál murió de un derrame interno... pobre familia Sinclair, cuánta desdicha toda junta! Se llevaban tan bien y eran tan lindos juntos, claro que después del accidente todo se volvió una porquería, la relación entre ellos estaba más que tirante, los últimos días se escuchaban los gritos de ella y de sus niños peleando con él que gritaba déjenme en paz, por favor déjenme en paz! los últimos días lo estaban volviendo loco pobre hombre, no quiero justificarlo no... pero una mujer debe ser más devota de su marido en tiempos difíciles, y esos niños parecían poseídos por Satanás los últimos días, decir que no podía caminar, si no seguramente se iba corriendo... Sinclair se acarició el barbijo y agradeció a la mujer muy cálidamente. Entró en la casa y el oficial intercambiaba bromas con el forense. Les parece que es una noche para reír? Forense y oficial dejaron las risas avergonzados, Sinclair se acercó al oficial y lo miró con malos ojos, Qué sucede? Sabía usted que el hombre está paralítico? El oficial se ruborizó en silencio, lo imaginé... Espere en el carro por favor, no quiero que pies incautos arruinen la escena del crimen. Acompañó al oficial hasta la puerta de entrada y volvió sobre sus pasos, el oficial se acercó a una ventana para espiar desde afuera los movimientos de Sinclair, las cortinas no dejaban ver bien lo que el investigador hacía, se veía difusa la imagen del investigador ir y venir por la sala. Dentro de la casa, Sinclair se recostaba cerca del catre y observaba el suelo, entre las sábanas encontró una biblia con algunos salmos subrayados. Levantó la almohada y debajo de la misma encontró un frasco de pastillas vacío expedido hace quince días, las mismas contenían altas dosis de fenelzina, y otro frasco con sedantes y relajantes musculares. Guardó ambos frascos de pastillas en su bolsillo se dirigió a la escalera y antes de subir al primer peldaño lo revisó meticulosamente, observó la balaustrada echó un líquido sobre cada escalón y luego un polvo azul, de la balaustrada revisaba el lustre en la madera. Así subió lentamente al piso superior donde todo había pasado. De un lado la habitación principal, un pasillo largo y del otro lado la habitación de los niños, en medio de ambas habitaciones, un escritorio y un baño. El piso del pasillo estaba finamente decorado y alfombrado con una carpeta Iraní muy bella. Los forenses habían terminado su trabajo y salían de la habitación principal. Y? les preguntó Sinclair, Nada, lo que vieron los vecinos y nada más, ahorcaron a todos, les apretaron los cuellos hasta morir. A la mujer? Si. Con las dos manos? Si. Y a los niños? También Sinclair, dijeron aburridos por no ser comprendidos, nos dijo el oficial que estabas enfermo Sinclair por qué no te tomás una pastillita... le dijo a modo de gracia uno de los forenses. El investigador colorado de ira lo quemó con la mirada, Así que resulta que el enfermo soy yo y por eso no entiendo nada y como no entiendo y ustedes creen tener el caso resuelto esto es así y basta no? infelices! eso es lo que son... cómo pudo un hombre paralítico subir las escaleras, asesinar a la esposa ahorcándola con las dos manos y luego asesinar a sus dos hijos al mismo tiempo del mismo modo? acaso el detenido es un pulpo? imbéciles. Los forenses quedaron cayados y avergonzados, no sabían que hacer, nada tenían que decir, cómo no habían pensado en los dos niños, con un cuello cada uno y dos manos en cada cual al mismo tiempo. Sinclair fue a la habitación de los niños, encontró la puerta destrozada, luego a la de la mujer. Los cuerpos yertos causaban una fría y espantosa impresión al entrar en cada habitación, sus rostros estaban desdibujados por el terror que habían tenido antes de morir. Las camas de los niños estaban orinadas y algo desordenada, seguro cuando intentaron escapar u ocultarse de aquello que venía por sus vidas, cuando escucharon los gritos desesperados de su madre salieron de las camas trancaron la puerta por dentro y volvieron a la protección de sus sábanas... Fueron los policías quienes echaron abajo estas puertas, aseguró el investigador, No sabemos dijeron los forenses mirándose confundidos.
Sinclair volvió sobre sus pasos meneando la cabeza, llegó a la escalera y antes de bajar comenzó a echar un polvo blancuzco sobre cada escalón. Al llegar a la planta baja miró a los forenses y dijo, En esta casa hoy hubieron dos niños, la madre y cinco personas más, ustedes son dos, hubo dos oficiales más y yo. Nadie más subió por estas escaleras. Imposible! el asesino tuvo que haber llegado al piso superior de alguna manera. La mujer tenía puesto un camisón largo hasta los pies y una bata, por qué no lo tenía puesto cuando la investigue recién? Se lo sacamos para investigar si tenía alguna marca en el cuerpo. Déjenme ver la bata. Los forenses le acercaron la bata a Sinclair, éste la olió y después observó la parte de abajo de la misma. Notaron que ni los niños ni ella tenían marcas en sus cuellos? Si pero eso puede ser debido a que todavía no pasó el tiempo necesario para formarse el hematoma. No notaron que está despedazada la tráquea de los muertos y que todo lo demás está perfecto. Claro que lo notamos. Si está despedazada la tráquea, como es posible que no haya marcas externas? Si lo que trata de decir es que no estamos haciendo bien nuestro trabajo... No señores, no digo eso, lo aseguro, no están haciendo nada bien, si el daño se hizo de afuera hacia adentro algún rastro tuvo que haber quedado. Pero no lo hay! dijeron molestos y ofendidos. Sinclair se dio media vuelta meneando la cabeza de aquí para allá, lamentándose, se dirigió hacia la puerta sin decir más. Llegó hasta el oficial y le pidió que lo lleve a su casa a descansar. Sinclair se subió al carro de policía del lado del acompañante. El oficial entró al carro por el otro lado, tomó el volante y echó a andar el motor. Y Sinclair? Qué pasó? Despida a esos forenses que tiene ahí, tarde o temprano lo meterán en un brete del que no podrá salir, son dos inútiles que dejan pasar mucha evidencia clave... en efecto el hombre que tienen es el asesino, pero no fue él quien asesino a la familia. El oficial confundido detuvo el carro y miró al investigador, usted está delirando Sinclair? se siente bien? debe ser la fiebre, cómo pudo ser él si él no fue el asesino. Cuántos hombres quedaron en custodia de aquel hombre? preguntó Sinclair secándose el sudor frío de la frente con un paño. Uno, el sargento hoy tiene guardia, con él alcanza y sobra para que más? el asesino está esposado y dentro de una jaula. Llámelo y dígale que compre estas pastillas con urgencia, metió la mano en el bolsillo y sacó el frasco vacío, que se las dé al detenido. Usted está loco Sinclair? Entonces llame a la familia del Sargento y déle mi más sentido pésame. De qué habla? Si no hace lo que le digo el Sargento habrá muerto mientras nosotros estábamos aquí discutiendo esto. De qué habla? Cuando el hombre despierte no tendrá idea de todo lo que sucedió, tampoco entenderá por qué está esposado y enjaulado, no podrá pensar con claridad, sepa que está muy drogado, metió la mano en el bolsillo y sacó el frasco de sedantes, ve esto? esto lo debe tomar para dormir, por lo que si despierta seguramente se vuelva a quedar dormido y cuando uno se duerme drogado y con ese estado de confusión es posible tener pesadillas... desde el accidente que ese hombre cree estar perdiendo la razón, sufrió un golpazo en la cabeza que despertó en él una especie de telekinesis que le es imposible de controlar, la misma se le demuestra durante el sueño, para explicarlo mejor, lo que él sueña se convierte en realidad, en un principio no hubo problemas pero al poco tiempo se asustó, por ejemplo sus mascotas, entre ladridos y cantitos volvían loco al vecindario, súmele que por los dolores el hombre no podía dormir, esa noche el hombre tomó calmantes, logró un sueño profundo entre ladridos y pajarito, soñó, solo soñó, al despertar ambas mascotas estaban muertas, murieron de la forma más ridícula e increíble, créamelo, ese hombre estaba realmente cansado de esos bichos. Le dio miedo encontrar que su sueño se había vuelto realidad, por lo que se volcó a la religión y empezó a leer la biblia dónde subrayaba salmos que repetía antes de dormir. Los sueños siguieron y las cosas pasaban, una tras otra, repitiéndose, por lo que un médico le recetó un inhibidor de sueños, la fenilizina, además claro está de las drogas que necesitaba contra el dolor y para poder dormir. Ese hombre es una bomba de tiempo oficial, la fenelzina se le acabó ésta noche, por eso la biblia estaba entre sus sábanas... Aún está soñando, bajo el efecto histérico del miedo, la confusión y las pastillas. De corazón deseo que no se haya despertado y que esté durmiendo como un bebe soñando con los angelitos, por la familia del sargento y de toda la estación de policía. Mientras tanto déjeme en casa que necesito descansar mi fiebre.
El oficial dejó al investigador en la puerta de su hogar, apenas entró a su casa, el oficial comenzó a reír desencajado, se burló de Sinclair a más no poder, reía y burlaba los títulos que Sinclair había conseguido al cabo de todas sus investigaciones, Estaba delirante! gritaba mientras a carcajada limpia golpeaba el volante. Llegó a la comisaría, estacionó el carro y fue en busca del Sargento para contarle la tontera que Sinclair había dicho, al entrar, lamentó sus burlas cuando vio al Sargento colgado del ventilador de techo a cinco metros del suelo dando vueltas, con la pistola metida dentro de una oreja y al reo, tendido en el piso al lado del catre repitiendo salmos de la biblia una y otra vez, llorando desconsolado.
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