Mi viola triste de viejas cuerdas
aún resuenan en tu caja
aquellas mil y un canciones
que entre vos y yo cantamos
al calor de los fogones
que bajo un cielo estrellado
alumbrado por la luna
nos jugamos la fortuna
de esa magia memorable
que tienen todos tus tonos.
Me llenaste de ilusiones
de caminos y colores
pues al tañir tus cuerdas
tu cuerpo vibra en fiesta
como dulce quinceañera
que a la pasión se entrega
con amor por vez primera
y de su boca nace el beso
que quedará por siempre en ella.
Es tu dulce compañía
no importa llueve o truene
te acomodás siempre cercana
haciendo vibrar las fibras
que dan vida al corazón
componiendo la canción
del que entrega su aire al alma.
Gracias viola hermosa mía
sin vos esto, no sería vida.
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