Sus altos pómulos
sus ojos prófugos
y su labio inferior grueso
sensual y caliente.
La nariz delicada
dentro del rostro
ovalado y rectilíneo
sostenido sobre un cuello
elegante y de gacela.
De los hombros sensuales
los brazos gentiles caen
como gotas de lluvia clara
hasta sus manos delicadas
de uñas largas y felinas.
Sus pechos turgentes se yerguen
coronando la inexpugnable pradera
que fértil en su vientre plano
se extiende hasta sus anchas caderas.
De la cintura hasta sus pies
dos largas piernas escapan
llenas de ansiedades y amores
que abrasan a quien tenga
la suerte de ser abrazadas por ellas.
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