"... por Isabel Vanderwalt..."
Adoro los amaneceres,
porque en los amaneceres se depositan
todas las esperanzas del día por venir
y en algunos casos las lágrimas
de la derrota pasada
y en otros,
la sublime algarabía
del buscado logro.
Me encantan los amaneceres
porque la oscuridad se amilana ante la luz,
y las sombras innertes
comienzan a recorrer de una punta a otra los jardines,
las paredes,
los techos
y conocen así,
otro punto de vista.
Me encantan los amaneceres
porque tienen esa magia de decir:
"...desde ahora..."
y también, porque no:
"...hasta aquí no más..."
Me encantan los amaneceres
porque permiten que desde las ventanas,
uno pueda entender que la vida,
es algo más
que lo que pasa
entre las cuatro paredes que nos guardan.
Me encantan las ventanas,
porque permiten ver,
que siempre amanece
y al amanecer, la vida,
pareciera despertarse
y darnos los buenos días.
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