Pobre el hombre
que venía sabiendo
que con su carne pagaría
las malicias de las gentes
que en su dolor supliría
lo que con garras y dientes
aquellos de espíritu pobre
venían destruyendo.
Rica el alma
de aquel que a sabiendas llega
a ofrecer su amor profundo
con tal de torcer el destino
y en el clamor y en el tumulto
donde se sabe mezclar el indigno
se calla a la razón quitándole paz a la calma
al malo se exonera y al bueno se condena.
Pobre hombre
que su vida entregó
a un puñado de idiotas
que aún no encuentran el camino.
Grande es el espíritu
de aquel que se entrega
con la esperanza que despierten
aquellos por los que él pelea.
que venía sabiendo
que con su carne pagaría
las malicias de las gentes
que en su dolor supliría
lo que con garras y dientes
aquellos de espíritu pobre
venían destruyendo.
Rica el alma
de aquel que a sabiendas llega
a ofrecer su amor profundo
con tal de torcer el destino
y en el clamor y en el tumulto
donde se sabe mezclar el indigno
se calla a la razón quitándole paz a la calma
al malo se exonera y al bueno se condena.
Pobre hombre
que su vida entregó
a un puñado de idiotas
que aún no encuentran el camino.
Grande es el espíritu
de aquel que se entrega
con la esperanza que despierten
aquellos por los que él pelea.
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