Cae, constante, rutinaria, copiosa
se escucha en los techos sonar su música
moja a esos quienes que incautos salieron
sin botas, ni piloto, ni paraguas.
Gente linda esa que siempre se moja
que viven la vida de forma lúdica
porque la dicha de Dios conocieron
y nunca se encuentran entre dos aguas.
Viéranlos como disfrutan su holganza
de cara al sol sin preocuparse en vano
por algo que no tiene la importancia.
No les faltará comida en sus panzas
ni tampoco ocupación a sus manos
viven el ya, con soltura y elegancia.
La gracia divina sus almas tocó
lo que pisen sus pies bendecido será.
Abran las persianas que ya han llegado
los ángeles píos que Dios ha mandado!
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