Es cierto que impaciente espero
al acallar el repicar del teléfono
oír el timbre de tu voz
llenando de paz mi alma.
Y cuando llegás a casa
me llenás de besos y sonrisas
tomando entre tus manos mi cara.
Es cierto que apenas huelo
tu aroma en el aire
el don de la vida siento.
Es cierto, creo que fuiste hecha para mi,
por eso es que agradezco feliz
cada paso que damos juntos.
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