Es cierto
no tengo tiempo
ni de atarme los cordones
de desanudarme la corbata
de hacerle un agujero más al cinto
ni tampoco
de llamarte por teléfono
y mandarte bien a la mierda.
Es cierto
desde hace rato
que los zapatos del reloj
me patean el culo con tal
de que apure los pasos
para que le escape a mi sombra
y que marque mis huellas
para que no se desvanezcan
ante la primer ventisca.
Es cierto
yo dejé de ser ese yo
al que pisoteabas
y culpabas
del que reías
y en el que te apoyabas
según fuera tu capricho
o conveniencia.
¿Sabés qué pasa?
Un día el ciego ve
y la farsa se termina.
Es cierto
el adiós siempre duele
aún si lleva toda esta carga emotiva
pero hay veces que es mejor
cortar por lo sano
y retirarse antes
de que las cosas se pudran
para siempre y en serio.
no tengo tiempo
ni de atarme los cordones
de desanudarme la corbata
de hacerle un agujero más al cinto
ni tampoco
de llamarte por teléfono
y mandarte bien a la mierda.
Es cierto
desde hace rato
que los zapatos del reloj
me patean el culo con tal
de que apure los pasos
para que le escape a mi sombra
y que marque mis huellas
para que no se desvanezcan
ante la primer ventisca.
Es cierto
yo dejé de ser ese yo
al que pisoteabas
y culpabas
del que reías
y en el que te apoyabas
según fuera tu capricho
o conveniencia.
¿Sabés qué pasa?
Un día el ciego ve
y la farsa se termina.
Es cierto
el adiós siempre duele
aún si lleva toda esta carga emotiva
pero hay veces que es mejor
cortar por lo sano
y retirarse antes
de que las cosas se pudran
para siempre y en serio.
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