Ni al llegar la postrera suerte
ella creyó que se había hecho tarde
nadie espera que la muerte
después de tanto silencio, hable.
No fue por obra de mandinga
que el muerto se puso en pie
asustados y como locos
corrieron todos sin saber.
"Es que esto les pasa a pocos"
sonreía la vieja bruja;
mientras mirando al cajón
en su feo bolsón de cuero
guardaba una fiera aguja
con la pócima de vida.
ella creyó que se había hecho tarde
nadie espera que la muerte
después de tanto silencio, hable.
No fue por obra de mandinga
que el muerto se puso en pie
asustados y como locos
corrieron todos sin saber.
"Es que esto les pasa a pocos"
sonreía la vieja bruja;
mientras mirando al cajón
en su feo bolsón de cuero
guardaba una fiera aguja
con la pócima de vida.
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