Temores nocturnos -- Poema

No llores m´hijo por
esos temores a monstruos escondidos
o adentro del ropero
o debajo de la cama
que no te asusten esas sombras vanas
que en la oscuridad siempre
se agrandan y envalentonan,
que los silencios de la noche
no colmen tu cabeza de fantasmas
y que el gélido viento que mece
las ososas ramas de la acacia sin hojas
no te espante con sus tronidos
de huesos de manos que en la soledad acechan.

No dejes que la oscuridad por falta de luna
te haga creer que al cielo lo esconden las brujas
o que el mismo satán por ahí aparecerá
para llevarse tu alma de una vez y para siempre
a ese infierno construido por hombres más terribles
por su buen aspecto y educadas costumbres.

No te gastes llorando por ellos,
ellos no valen ni una lágrima tuya,
ellos no saben lo que es la existencia
y es por eso que en tu cabeza
crecen y se creen reales y salvajes.

Quedate tranquilo y conmigo
mientras duermas y sueñes estaré a tu lado,
y trataré de protegerte de todo este mundo macabro
que oculta bajo la luz del sol
con justas maneras y hermosa apariencia
a los monstruos más terribles
de los cuales nada se sospecha
y todo lo que tocan
lo destruyen.