también de la muerte,
he dejado detrás tanto
que quien era ya no soy,
que quien soy ya no la cuenta.
Cuando me veas,
ungido por las carencias de los Dioses
esmaltado de sin razones y destiempos
protegido por lo que ha pasado
y endurecido por lo que no me mató,
recuerda que alguna vez fui humano
y que tuve emociones en el corazón.
Cuando llegue el momento
y dé el reloj su último aviso
habrá un susurro en tus oídos
que te dirá quién eres
y a qué has venido,
hasta entonces vive,
vive estúpido e inmortal,
como si nunca hubieras vivido.
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