Malditos perros son,
cánidos rabiosos y furiosos,
que arrasan con lo vivo
y lo despellejan
para después
carronear de lo lindo,
llenando sus fauces
de putrefacta carne,
con sus dientes llenos
de gérmenes y rabietas.
Asesinos grupales,
despiadados,
descorazonados,
sin fe,
sin presente,
ni pasado,
ni futuro.
Bestias son,
a pesar de esa imagen distinta
que quieren ofrecer de sí mismos,
es que acaso piensan
que no sabemos quienes son, como actúan,
el porque de sus pulsiones,
de sus agresiones,
de sus ciegos tarascones,
de su gula insaciable por sangre,
sangre de pobres y necesitados.
No rindo culto a ustedes,
pues los desprecio
a cada uno
en jauría
y a cada cual por su lado
los desprecio
desde sus comienzos
hasta el fin
no son quienes dicen ser
ni hacen lo que dicen hacer
Arrebatan la vida de las gentes
solamente
para justificar
su insignificante existencia
malditos cánidos
los aborrezco.
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