Qué más quisiera yo
que decirte dale, no pasa nada…
que lo que te hiere no te mata
y que lo que duele siempre pasa.
Qué más quisiera yo
que servirte todo en bandeja de plata
que aprendas de mis aciertos
de mis errores,
y no tengas que llorar por nada.
Qué más quisiera yo
que en verdad solo exista el infierno
una vez que nos hayamos muerto.
Me encantaría llenarte de sanatas
y que vayas libre por la vida
sin tener que preocuparte en discernir,
qué es verdad y qué es mentira.
Pero sabés qué m´hijito lindo,
a pesar de querer creer algo distinto
nada es como uno cree o quiere
y a veces, ni siquiera uno mismo.
Porque las cosas pasan
y más de una vez no podés hacer nada
vas a ver que la ocasión hace al ladrón
y que todo hombre tiene su precio
que el amor es importante,
pero está desvalorado
y que la importancia del dinero,
está sobrevalorada.
Por lo que no voy a alimentarte
con fantasías y con mitos
hay cosas que tanto hieren
que desangrás hasta la muerte,
hay dolores tan intensos
que nunca pasan y te enseñan
que es posible que el infierno
esté acá mismo en la tierra,
solo el sabio es el que aprende
de la experiencia propia y de la ajena,
la vida es corta para tanto
que somos, que es y nos rodea,
y lo más triste de todo
es que no existe la verdad,
ni tampoco la mentira
ambos son puntos de vista
que las gentes dan por cierta
depende del éxito o fracaso
que es tesón o idea necia.
Igual, que nada de esto te desvele,
no pierdas el sueño por nada,
no pierdas fuerzas por nada,
la vida es un circo inexplicable
lleno de llantos y sonrisas
que cambia de un momento a otro
los intérpretes y las pistas
y nunca nadie te explica
por qué, cuándo, dónde y cómo.
Dormí tranquilo chiquitín
siempre vas a necesitar fuerzas,
yo aún lucho en esta guerra
en la que trato de lograr
el mejor presente posible.
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