Juego a callar la palabra
la impertinente
la soberbia
aquella palabra que logra querella
y al amor lesa,
aunque a esta palabra la llamen verdad
es mala palabra.
Me muerdo la lengua
con tal de no escupirla en la cara
de aquel que la ignora
y se mofa de ella,
pues al necio la verdad no importa
al mentiroso le incomoda
y el recto, la añora.
El silencio es del hombre
el consejero más sabio,
la palabra idiota en labios duros
será para el blando la ley a seguir,
pues no hay verdad en el verbo
y menos la hay en el oído necio.
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