Asegurame,
que no soy esa bestia letal que siento
carcomiendo mis entrañas
que tiene mis manos hechas garras
mis dientes afilados
y mi verbo con veneno .
Asegurame,
que con el tiempo no me he convertido
en eso con lo que luché
y que sus gritos escuché
tan fuertes y nítidos
que al verlo caído
lo creí muerto y vencido.
Asegurame,
que el tiempo no se ha reído de mí
y ha jugado esa cruel carta
donde lo que no muere mata
y lo que muere se transforma
inmanejable
en aquello que le toque transformarse.
Asegurame,
que tengo el temple y el valor
para retomar el camino
para poner sobre rieles el destino
en el que sin querer
por estas y otras cosas
me olvidé un poco de mí mismo.
Asegurame que aún puedo
luchar por mi y liberarme
y entregarte a ese ser puro
al que aspiraba ser antes
de que yo mismo me levante
de mi supuesta agonía
y me acuchille por la espalda.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario