Me quedé de este lado del espejo, podés creer? Y mirá que tuve alternativas y hasta también, tuve la posibilidad de elegir, sin embargo me quedé de este lado. Del otro lado la izquierda es izquierda, arriba es arriba, abajo es abajo, los colores son colores y las sensaciones más profundas se llaman sensaciones profundas, podés creer?
De este lado del espejo y del otro la vida es exactamente igual, no hay casi nada distinto, casi nada cambia, lo único diferente es el donde está uno, la circunstancia es otra, por lo que también cambia la forma de ver y creer las cosas, claro para no cambiarlas si uno está del otro lado de un espejo, un espejo que responde a las imágenes, a las luces, que imita movimientos, mis movimientos, mis formas, mis maneras, mis muecas, que reproduce la realidad que tiene en frente, mi realidad. Mi mundo está limitado ahora que me encontré estando de este lado del espejo, me limita el marco que rodea el espejo, si quiero asomarme más allá del marco no hay reflejo que valga, nada existe más allá del marco, salvo la realidad que me rodea. Irónico no? Acaso el espejo no es parte de esta realidad que me rodea? Y sin embargo la realidad del otro lado del espejo es desconocida para mi, casi casi raya con lo irreal, con el mundo mágico, con la ilusión por la necesidad que exista algo más que esto, si existe la posibilidad de lo no tangible entonces no habría imposibles, ni límites, ya no habría discernimientos sobre la idea de Dios, sobre la religión, sobre las mística humana, sobre sus mitos, hasta los duendes, las hadas y todo el mundo feérico se haría visible ante nuestros ojos, como no hacerlo, nuestro conciente solo percibe un diez por ciento de las realidades que procesa nuestro cerebro en un instante, parte de lo que percibimos está basado en lo que creemos, sabemos, entendemos, en lo que aprendimos o nos enseñaron, pero sin embargo hay cosas que traspasan los límites de los conocimientos, de lo sabido, de lo aprendido... por lo que decidí quedarme de este lado del espejo. Extraño es que la fe no tenga límites y que nada pueda transguedirla, ir más allá de la fe. Hay acaso algo más allá de la fe que la fe misma, hay algo más allá de la imaginación?
No dudo que quién está del otro lado tenga sentimientos, razones, motivos, sensaciones, pensamientos, fe, inseguridades, necesidades, que al extender su mano tratando de alcanzar mi mano que trata de alcanzarlo crea que es imposible que nuestras yemas se toquen, que sientan mi calor y yo el suyo. Lo que sí dudo es conocer o saber quién es el que está del otro lado, acomodándose, acicalándose, mostrándose como yo me muestro, cuando yo me muestro.
De este lado del espejo la realidad conocida es equivalente a la realidad que se conoce del otro lado del espejo y a pesar de haber cruzado el límite, todavía cuesta trabajo entender como a pesar de haber cambiado las circunstancias, el punto de vista sigue siendo el mío y que aún lo posible está limitado por una fina capa de vidrio que divide dos realidades exactamente simétricas entre sí.
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