me pierdo en tu mirada
entro profundo en tu alma
cuelgo de los lados internos de los parietales
una hamaca paraguaya
donde plácido me acuesto a descansar.
Veo como los impulsos eléctricos de tus pensamientos,
de tus sensanciones,
de tus acciones,
se dibujan en el cielo como constelaciones
como relámpagos etéreos
llenos en magias y misterios
iluminándolo todo
en blancos relampagueos.
Al rato me paro,
reparado,
descansado,
y comienzo a recorrerte por dentro
viajando por tu sangre a altas velocidades,
llego a tu corazón
(tu dulce corazón
enorme),
soberbio,
fuerte,
latiendo a cada latido,
los nombres de todos tus seres queridos.
Sigo por tus venas con pasión aventurera
con la adrenalina al mango jugando carreras
contra glóbulos rojos y blancos,
también contra plaquetas.
Te recorro por dentro,
vena por vena,
arteria por arteria,
de cabeza a pies de pies a cabeza
metiéndome en cada rincón que encuentro, y te encuentro
tan única y hermosa
como lo sos por fuera.
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