Juan Cabrón se asoma al río
busca peces para la cena
antes de que amanezca
quiere pescar un pez del río
El sol adormecido se despide
y la luna remolona salir no quiere,
algunos bichitos recién despiertan
y las aguas calmas sobrevuelan.
Famélicos están los peces
ven volar cerca a sus presas
les cruje la panza de hambre
y a la superficie se allegan,
forman ondas circulares
provocadas por sus bocas
pues el pez no tiene caña
con la que atrapar su cena.
Juan Cabrón quiere un pescado
pero la oportunidad es calva
y se le escapa de las manos.
Putea con fuerza, putea
pero con tesón y con fe,
una y otra vez lo intenta.
De tanto intentar llega el momento
(tal vez por un guiño del cielo)
coge un pez por él pescado
lo sostiene entre sus manos
en las escamas del lomo está brillando
en hermosa fluorescencia
los rayos del tibio sol
que recién se anda asomando.
¡Pobrecito Juan Cabrón
cuánta mala suerte tuvo
él quería una cena
y pescó un desayuno!
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