Me pierdo, pues navegando no soy bueno,
en las eternas mareas de tus lindos ojos,
comprendo, o al menos quiero hacerlo,
el mapa de estrellas que inventás para mi,
que dibujás dedicada y sonriente en mis sueños
con tal, que de alguna manera, al fin te encuentre.
Porque sabés y entendés que es lo que quiero
porque me gusta estar siempre cercano a tus necesidades
entregado al calor de tu palma o al sabor de tu beso
como si fueras una hada o una mariposa arreando una vaca.
No sé, no sé que sos, ni sé que hiciste
pero si estoy hechizado entre tus venenos y miradas.
Si me sorprendiera silenciosa la muerte que nadie espera
podría morir contento por el mero instante en el que
tu mirada y la mía sin querer se entrecruzaron
y comprendiste y entendí, que nada valdría en la vida para mí
si yo no me hubiese perdido en tu mirada, y si vos,
con todos tus aromas, sabores y colores,
no me hubieras dibujado el mapa.
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