Me acerco al límite y me sorprendo
mi límite parece ser como un espejo
allí me quedo quieto pero expectante
porque más allá del límite
estoy también yo
o el mero reflejo de mí mismo
no lo sé, temo averiguarlo,
sin embargo,
ese otro yo que está del otro lado
de alguna intrínseca manera
siento que por mí espera
quieto pero expectante
querer animarme a dar ese paso pareciera
que desde el otro lado
parece ser obvio y necesario
pero desde este lado
dar ese paso se siente un oprobio
a todo protocolo y buena costumbre.
Maldita cultura mal parida,
maldita sociedad raramente adquirida,
dejame la libertad de dar el paso
que mi corazón desea y mi mente reprueba.
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