Todo comienza a caerse
el cielo de a pedazos se desprende
y al golpear la tierra
todo alrededor se desmorona
la furia del planeta puede salir afuera
y aquella presión que tanto lo ahoga
al quebrarse su escudo al fin se libera
suben los fuegos, los azufres,
el aire se hace irrespirable
la atmósfera se torna insoportable
y comenzamos a morir
Uno a uno,
cada quién con su pecado
atornillado en las sienes
con el peso que eso genera
cargándolo en un bolsa
cegado por la culpa
de un crimen jamás cometido
se inclinan al cataclismo
pidiendo la salvación
si no se salvan sus cuerpos
al menos lo harán sus almas.
Cuenta la leyenda
que no todos sobrevivirán
que un milagro celestial
separará a los más aptos
y así seguirá la historia
con los más aptos dominando todo
y los menos aptos, como siempre,
destinados a la extinción.
Ese es el valor de la vida en el universo
no sobrevive el más fuerte, el más dócil,
el más colorido, el menos llamativo,
el más rápido, el más sabroso, el más intangible
o de todos, el más poderoso.
Para el universo
sobrevivirá quien pueda
y después vemos que hacemos.
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