Aún, el gran caballo de plata,
majestuoso e inalcanzable,
no acaba de surcar el ciego
y profundo mar de la noche oscura,
y sin embargo, las blancas estrellas
que gravitan silenciosas al borde de lo absurdo
no pudieron si quiera detenerese
sobre el lomo calmo del lago dormido
a mirar su reflejo enardecido
por los sombríos secretos
que el valle a la montaña
desde tiempos inmemoriales
receloso les guarda.
majestuoso e inalcanzable,
no acaba de surcar el ciego
y profundo mar de la noche oscura,
y sin embargo, las blancas estrellas
que gravitan silenciosas al borde de lo absurdo
no pudieron si quiera detenerese
sobre el lomo calmo del lago dormido
a mirar su reflejo enardecido
por los sombríos secretos
que el valle a la montaña
desde tiempos inmemoriales
receloso les guarda.
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