Apenas me invitaste a pensar en mañana
cuando cerraste la puerta con saña
y el estruendoso portazo
se escuchó hasta el Cáucaso.
Apenas quisiste hablar de un posible tal vez
pues fue tu hiel la que escapó y se derramó a tus pies
mientras oscura y sin arreglo
refregabas en mi cara los desprecios.
Sabes que apenas pude levantarme para irme
pues tiraste sobre mis hombros, con tal de destruirme,
todas tus falencias y pecados
todos tus traumas apretados.
Bajé mi cabeza no por culpa ni perdón,
bajé la cabeza liberando a mi cuello de la sensación
que en breve le quitarían la cabeza
y ya no habría más bajezas.
Me dejé morir, matar, sepultar y escupir
por cada uno de tus insultos y fantasmas
a tu verbo y represalias no temí
pues para mi, tu cuerpo había perdido el alma.
cuando cerraste la puerta con saña
y el estruendoso portazo
se escuchó hasta el Cáucaso.
Apenas quisiste hablar de un posible tal vez
pues fue tu hiel la que escapó y se derramó a tus pies
mientras oscura y sin arreglo
refregabas en mi cara los desprecios.
Sabes que apenas pude levantarme para irme
pues tiraste sobre mis hombros, con tal de destruirme,
todas tus falencias y pecados
todos tus traumas apretados.
Bajé mi cabeza no por culpa ni perdón,
bajé la cabeza liberando a mi cuello de la sensación
que en breve le quitarían la cabeza
y ya no habría más bajezas.
Me dejé morir, matar, sepultar y escupir
por cada uno de tus insultos y fantasmas
a tu verbo y represalias no temí
pues para mi, tu cuerpo había perdido el alma.
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